Mi Madrid
Ayer, aprovechando las vacaciones, me fui a comer con mis abuelillos a la ciudad dormitorio que años ha me vio crecer. Hay gente que se piensa que no soy una persona apegada a mi familia. Y puede que no lo sea. Visito a mis abuelos una vez cada dos meses. A mis tíos una cada tres. A mi madre la veo una vez al año pero es que ella vive fuera de Madrid. Pero es posible que a mi familia la quiera más ahora que hace unos años. Y creo que es justamente por eso, porque nos vemos lo suficientemente poco como para disfrutar de esos ratos de compañía y estar echándonos de menos hasta el siguiente.
[Ya sabéis lo que dicen: la familia y el sol cuanto más lejos mejor.]
Al volver en el tren de cercanías hasta la capital lleve a cabo el ritual de siempre. Ese que me obliga a sentarme en el lado en que a la altura de Zarzaquemada pueda ver la silueta de Madrid. Ayer estaba especialmente radiante. Ni siquiera se apreciaba la contaminación en forma de boina que la suele cubrir.
[Ayer Madrid era como una niña con ganas de jugar.]
Durante toda mi adolescencia y hasta que me vine a vivir a la capital ese momento de poder ver Madrid a lo lejos, como algo inalcanzable y lleno de promesas, era algo que hacía cada vez que cogía el tren de cercanías. No me importaba que fuera de día o de noche, que lloviese o hiciera sol. Siempre acababa posando mi mirada en ese amasijo de cemento, cristales y hormigón.
[Y me da igual los que digan que la ciudad es fría, es la vida que palpita dentro lo que a mí me importa.]
Cuando era más pequeña siempre miraba hacia otras ciudades más grandes, más conocidas… Nueva York, Londres, París… E, ingenuamente, pensaba que Madrid no estaba a su altura. Hasta que un día la descubrí…
[Muchas manos me acompañaron en mis paseos. Casi todas ellas especiales.]
Sigo queriendo conocer otras ciudades, otros lugares. Incluso no descarto vivir algunas temporadas fuera de aquí. Pero no ahora. Madrid me tiene constantemente enamorada. Sus calles me subyugan. Su gentío a menudo me cabrea pero esos pequeños guiños de complicidad que siempre acabo encontrando en la esquina menos pensada consiguen reconciliarme con todo lo malo que alguna vez haya podido encontrar en sus plazas.
[Y su cielo. Ese cielo cambiante que te cobija y te obliga a lanzarle soñadoras miradas.]
Aunque no lo haga a menudo me encanta recorrer sus calles, conocer nuevos lugares, ver pasar la vida acelerada, a la gente riendo, bailando, sufriendo, viviendo… Entrar en sus bares y tomar esas cañas fresquitas con la espuma desbordando el vaso. Pasear por la Gran Vía viendo los carteles de las películas de estreno. Deambular por la Puerta del Sol, mirar el reloj y recordar cuántas Nocheviejas me comí las uvas rodeada de gente que fue feliz a la vez que yo aunque sólo fuera por un momento. Perderme en el Rastro curioseando en esos puestos en los que siempre encuentras cosas imposibles. Acabar las tardes tirada en la hierba del Retiro, respirando al unísono con el pulmón de mi ciudad o viendo esa estatua del Ángel Caído que es la única que hay en el mundo dedicada a ese amiguino mío del que todos hablan tan mal sin haberle llegado a conocer… Pero es que no podría elegir un solo lugar con el que quedarme.
[Madrid entera es mi rincón favorito. Para perderme. Para mostrarme. Para enamorarme. Para vivir. Para ser feliz.]
No me importa qué caminos vaya a recorrer el día de mañana. Sé que mis días los acabaré aquí, en esta ciudad en la que me han ocurrido tantas cosas que cada baldosa de la acera es un jirón de mi piel, en la que he sentido tanto que nunca podría darle la espalda. Esta ciudad que sé que siempre me será fiel y me recibirá con los brazos abiertos por muy lejos que me haya ido y por mucho tiempo que haya tardado en volver.
[Porque ella es… Mi Madrid.]
8 Comments:
Todavía me acuerdo del día que nos conocimos, ya desayunando y discutiendo sobre lo que le faltaba a Madrid o a Barcelona.
Lo que no sabía entonces es que tu ciudad también acabaría enamorándome a mí.
Ainsss...
pero en Barcelona habrá q vivir alguna vez, eh.
Un besillo!
A mi, Madrid me tiene enamorada, está tan viva, siempre llena de gente por todos lados...y de todos los colores...y es cierto que todos los de fuera acabamos sintiéndonos un poco de aqui.
Un beso!
Mal día para leer este post. Echo de menos Madrid, echo de menos a mi familia y echo de menos a mi gente que está en Madrid.
¡¡¡Que no se veía boina desde Lega!!! pues sí que han cambiado las cosas.
madrid cada día me gusta más, pero para ser sincera, sevilla me alucina y siempre soñaré (pq no puedo sino soñar con ello) q me compro un apartamento en el barrio de triana de sevilla para ir los fines de semana q no pase en madrid :-)
kss
Tu ya sabes lo que pienso, donde esté un bonito, natural y fresco monte que se quiten las ciudades y más si son grandes...
Pero he de decir que, desde bien pequeña, cada vez que piso Madrid algo hay que hace que me deje llevar...
Besos casi madrileños
Ais, yo ya la tenía idealizada desde hace mucho pero este finde ya... (primera vez q me pude dar una pequeña vuelta x Madrid)
Supongo q es un poco como NY, increíble y q en cuanto te pasas un tiempo allí te sientes de allí.
(os voy a empezar a leer, me lo acabo d proponer... es q como posteáis tanto me daba pereza.. xD)
“No hallarás otra tierra ni otro mar.
La ciudad irá en ti siempre (…)
Pues es siempre la misma. No busques otra,
no la hay.”
(Fragmento del poeta K. Kavafis)
Besitos!! me gusta mucho cómo escribes..
yo odio madrid. pero creo q es un odio mutuo.
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